28º poema

No mirés donde no hay
Tenés el cielo para vos
Por qué buscar las tempestades
Cuando la cereza crece cerca de los durazneros
Es primavera en tu alma y nada sangra
En los ríos de tus lágrimas te reinventarás
Ya sé que hay días que nada resulta
Pero has logrado tantos vuelos sin planear
Que ahora es tu tiempo en las alturas
Es verano en tu emoción y nada importa
Hay vibras que no podés entender
Las vibras no se entienden
Se caen los imperios y las resoluciones
Cuando agitás la fuente de lo que sentís
Es otoño en tu piel y puede suceder
Los silencios de arremolinan cuando estás
Poder entender que no existe la tierra de los sueños y de las esperanzas
Es este viaje de vías oxidadas
Que detienen la llegada de la flor
Es invierno en este tren y se escucha una campana


Imagen Prisma: Plaza de Mayo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

27º poema

Llaves que cierran páginas que ya no existen
Ya ves, los aeropuertos me pueden
Llaves que abren una dirección incierta
Ya ves, algunos muertos salieron del placar
Llaves para el amor, aunque me desintegre
Llaves de un corazón oxidado para pintar
Llaves para intentar la única sonrisa cierta
Llaves, llaves, llaves
Ya ves, las cosas pueden cerrarse para siempre
Ya ves, no hay sol cuando te quedás a esperar el mar
Ya ves que esconderse atrasa los relojes
Ya ves, ya ves, ya ves
Ya ves, cuando te hundís solo queda hacia arriba
Llaves, un intercambio de combinaciones tristes
Ya ves, algunas marionetas tienen vida propia
Llaves que no van a encerrarme más

Un cofre
Una mirada
Un candado sin final
Una neblina
Una mentira
Un túnel para andar
Una cadena
Una huella

Imagen Prisma: zona campo, Gral. Rodríguez, provincia de Buenos Aires, Argentina


26º poema

Es un misterio, no tu sonrisa
Es una dulce mirada sin ver
Entre tanta basura hay algunas migas de sabor
Como las palabras que tus labios escriben con tanta claridad
Se han caído edificios, pero nace tu flor
Te han cortado las alas, no tu corazón
Te buscás sin buscarte para hallar ese instante perfecto
Sos la voz que se enciende tras el huracán
Sos y eso es lo que vale
Te encontrás imperfecto en la tierra de todo lo saben
Sembrás otro sueño con una complicidad exquisita
Te animás a dejarte llevar hacia el seno de hacer
Cruzaste la línea, no malinterpretes a unos ojos lascivos
Es que la caricia de algunas palabras saben bien
Tu cuerpo es misterio, aunque me mire tu boca
Es ese momento que ves sin mirarme otra vez



Imagen Prisma: Alto Comedero, Jujuy, Argentina

25º poema

Cuando no hay nadie
Cuando solo miran su ombligo
Cuando te fuiste para no volver
Cuando mi lámpara no tenga Aladinos
Comenzaré a ver el campo
La dicha de volver a la naturaleza
Las pocas horas antes de explotar
Los modos de contar en modo slow
Ya no mirar fotos marchitas
Ni recorrer aquellas calles con tu sombra
Ni merodear los timbres de los que solo saben esconder
Y usan la pared como muralla a sus oídos
Entonces, los árboles se agitan
Y algo vuelve a renacer
Y ya no hay ruidos que confundan las miradas
Porque me fui
Porque me fui

Entonces, puedo abrir de nuevo
Donde los duendes arman circo
Y hacer fogatas de un encuentro sin fronteras
Para seguir
Para seguir
Entonces, sé que la alborada
Y que los rayos de este sol
Ya no queman las heridas ni iluminan los tormentos
Porque puedo respirar
Porque puedo respirar
Porque puedo respirar
Porque me fui
Para seguir


Imagen Prisma: Río Quequé, Quequén, provincia de Buenos Aires, Argentina

24º poema


No podía dormir
No podía leer
No podía mirar la tv
Pensaba que sí
Pensaba en soñar
No veía en mí
Salté del sofá por no saltar del balcón
Me quise sentar a entender de qué va
No pude sentir ni pude mirar
Hay días que el cuerpo solo tiene misterios para descifrar
No pude correr porque no había nadie
No pude gemir ante lo invisible aunque fuera esencial
No pude parar la máquina expendedora de vicios mentales
No pude parar la caspa de la ansiedad

Ahora lo haré de nuevo
Quizá me pueda soltar
Son pocas las manos que me darían consuelo
En una noche de ojos despiertos que no salen a vagar
Encuentro la pista para aterrizarme
Encuentro la magia en la verdad
Me quedo un segundo sin dar un mordisco
A veces la lengua del mal se enrosca y me deja dormir

Imagen Prisma: camino a Delfhaven, Holanda

23º poema

No lo ves como nada ves
Solo la mañana para repetirte
Te encontrás otra vez
Y nublás el espejo sin herirte
Los días pasan sin sobresaltos
Para qué correr el velo para ser
La montaña te parece enorme
Si no vino nunca va a suceder
Es tu corazón de piedra
El hotel de tu confor
Son tus aceitadas muecas
Que derriten el sabor
No avanzás más que hasta donde da tu sombra
Ningún puente puede solidificar tu luz
Es tu alma de madera
Un chispazo de fogón
Te recuestas en la arena
Humedad de un cielo sin color
Es momento de mirar el otro lado
Acentuar las huellas donde alguien caminará
Los remolinos de tu incoherencia
Se cuelgan a delirar
De la nada nada sale
Ni siquiera una puerta se abrirá
Son tus mambos esos sudorosos mambos
Que te afirman la infinita soledad
Nada es lo que ves
Nada sos si no lo ves
Nada pasará si no lo hacés
Nada
Absolutamente nada
Nada
Nada
Y no serás nada
Más que un viejo baúl cargado de tus nada


Imagen Prisma: Plaza de Santiago del Estero, provincia de Santiago del Estero, Argentina

22º poema

No hay más
Ni agua
Ni trampolín
Todo está borroso
Incluso tu calor
Amás por acá
Jugás por allá
Lo veo
Te ven
Sé que tu beso nunca llegará
Las mariposas solo dibujan flores
Sé que tu beso se quedará dormido en sensaciones vacías
Los cellos raspan un anochecer sin gatos que maúllen la tragedia
Los acordes de una caricia no dan la melodía
Solo es un instante de pasión
De cuerdas desafinadas
Cómo podría reinventarme cuando tu obsesión se estanca en el vinagre de tu fuente
Cómo podría atesorar los vientos que jamás se acuestan en mi pecho para sentir
Nadie
Ni una imagen verdadera
Ningún lugar para vibrar
Algunas turbulencias
Solo mirás
Mirás la foto en la pared
Mirás la foto que no es
Mirás excusas, algo que manejas bien
Y el tiempo se diluye entre mis manos
La carcajada se devora la nostalgia
El rezo se condena ante mis pasos
La oscuridad se esconde
Para recoger las migas de la mañana sin tu voz


Imagen Prisma: canal de Amsterdam, Holanda

21º poema

Me voy.
Dejar el espacio de las aventuras,
las desventuras del café.
Estoy.
Hacer mi río de lágrimas sin que Clapton me roce con su púa,
destapar el ensueño que enaltece los ojos
y juntar las cajas de lo poco que conserva un rato de color.
Estoy.
Mirar algunas instantáneas de poses forzadas,
algunos sepias que desgasta la memoria para no volver a esa cuna,
algunas gaviotas que fingieron ser los pajarillos en la cabeza.
Me voy.

Dejar de mirar el vacío donde las cáscaras se sienten a sus anchas
y relucir la opción de la transformación, aunque me pueda desintegrar.
Me voy.
No ver lo que está húmedo,
no escapar de nada sin salida,
no sentarme a matear el truco del tormento,
porque ya no estás,
porque ya tienes el anillo que te convierte en oro,
porque sabe mejor la página para llenar.
Estoy.
Una mañana salió la luna,
quemó con su inocente juego,
se perdieron algunas madrugadas,
pero empezó a soplar mi sol.


Imagen Prisma: Paseo de los artesanos, Posadas, provincia de Misiones, Argentina

20º poema

Se regalaron el sol en cada noche
y la luna en tibias mañanas.
Eran apenas pichones en un jardín de miedos,
en el charco de la ilusión.
Pudieron regalarse el oro de las pirámides
y los dulces de las mágicas estrellas,
pero eligieron seguir en cada vía
para tratar de encontrarse, para volver.
La nube de los silencios trajo la lluvia.
Después, a quién le importó la fuga,
si los caminos llegan siempre al buen puerto.
Otra vez se escondieron en sus universos,
como para no volver a derrapar,
pero la sangre llamó a la sangre
para rozar sus mieles en la piel.
Ahora que la distancia cerró sus puertas,
ahora que la caricia es una flor auténtica,
ahora que las canciones ya no traen ningún blues,
se regalaron el viento para volver a girar,
y girar, y girar…


Imagen Prisma: catedral de Notre Dame, París, Francia

19º poema


Las flores nacen en cada esquina
En las mentiras
En las culpas
En los remordimientos
Las flores visten las manos
Endulzan las palabras
Reemplazan las caricias
Enternecen las miradas
Las flores se marchitan
Porque no hechan raíces
Porque son solo un decorado
Porque atormentan los perfumes
de lo que no pueden conquistar
La ruta espera la mañana para abrir caminos
Detrás de las montañas los aromas sueltan las alas que tus pétalos nunca podrán vestir

En las hojas de un libro hay una rosa escondida
Ya no tiene sabor ni lastima
Los colores pueden transformarse en flor
Aquella que nunca me darás
Aquella que solo cura penas
Tu pena al dibujar lo que nunca serás
Tus flores son silencio eterno
Que confunde corazones
Que anestecia un sí por si acaso
Que se queda en la vereda sin jugar

Imagen Prisma: ruta a Cafayate, Salta, Argentina

18º poema

Empezar con las piruetas para salvarte
Como el payaso que sabe emular
Ahora que cayeron los telones
Y que te condenaron a la realidad
Sabés que puede suceder
Las fantasías se quedaron en la caja negra
Los maniquíes solo saben reposar
Podés morirte en un lamento
Pero las muertes ya pidieron el postre
Y no estás ni en la lista del café
Explota la noche
Explota esta noche de vergüenza
Si te come la tristeza del adiós
Sabés que algo puede ir mejor
Si solo te mandás como ballenas a la orilla
Nunca podrás sentir la paz.
Esa paz.
Acaban de llamar
Te dieron la peor noticia
Estás en libertad para encontrar
La cálida sonrisa
El guiño sanador
La música escondida
El perfume de un colchón
Mirate bien adentro donde quema el corazón
La pausa exacta que te haga respirar
Después te convertirás en algo que no sos
Pero ya no tendrás una nariz de frutilla
Ni tejerás la red porque tu mundo ya se abrá partido en otros más


Imagen Prisma: ciudad de Bragado, provincia de Buenos Aires, Argentina

17º poema

Al sol
Aunque las pálidas figuras se mofen
Aunque los instrumentos ya no marquen
Aunque las cicatrices se reflejen en las pálidas figuras
Aunque los que se rían sean sombras sin señal
Aunque las madrugadas ya no latan con tu aliento
Aunque las sombras confundan los instrumentos
Aunque las señales se hayan perdido en las cicatrices
Aunque el aliento ya no tenga más reflejo que la triste sensación de soledad
Al sol
Salen
Son pocos brotes
Aquellos que quisieron enterrar para taparlos de eternidad
Salen
Una gota de pasión fue suficiente
Despertar
Salir
Salir al sol
Está bien para mí si está bien para vos
Hay una frecuencia
Una sincronicidad
En la victoria todas las copas se estremecen
Hoy que hay un poco de sol
Podemos destapar
Total mañana lo que hoy nos pesa pasará
Al sol
Aunque me pueda desteñir
Aunque se mofen las pálidas figuras
Aunque se corten las señales
Aunque me queden nuevas cicatrices
Al sol
Salir al sol
Por un instante
Salir al sol
Salir y no volver
Salir y caminar
Salir y respirar
para que otra vez podamos descubrirnos sol una mañana


Imagen Prisma: Alto Comedero, Jujuy, Argentina

16º poema


Andar sin andar
Desandar mi todo
Dejar mi cuerpo para ser nada
Uno más entre tantos fantasmas
Un orificio sin fronteras
Un armazón de celofán
Caer en la tristeza
Cuna de tantas palabras
Donde el veneno hizo fuego
Donde la sal no pudo anesteciarme
Una carroza de distracciones
Una vertiente de insanidad
Después, aparece una figura
Una entre tantas deseadas
Se desviste
Se acerca ya sin dudas
Me trae al mundo material
En un sinfín de mantras y de imperfecciones
Me dejo derrotar para volver a ser
Deseos sin lamentos
Pasiones sin cristal
Aromas sin edad

Imagen Prisma: museo de Louvre, París, Francia

15º poema

Te daría algo más que mi espejo,
mi humedad y mis manos,
para que puedas alcanzar una gota de sudor,
reinventarte en vos,
para saber que hay algo más que el túnel del destino,
para entender que el otro lado es acá,
aquí y ahora,
entre la arena de mi piel,
entre las aguas que inundan el presente.












Imagen Prisma: Copacabana, Rio de Janeiro, Brasil

14º poema

Con la soga al cuello no podés pensar ningún paso
La Tierra gira
Los duendes se divierten a su antojo
Las últimas hojas de tu invierno se convierten en abono para renacer
Y te quedás sin marcar el compás
Los pálidos secuaces de tus noches ya no cantan serenata
La furia te marchita
Se pueden encontrar dos silencios en la melodía
Ninguna frase que no hayas escuchado te dará un nuevo significado a tu andar
Y te envolvés en tu placar
De todos modos el viento sopla
(Lo dijo Federico en una tarde de mates
A orillas del Sena después de confesar su asesinato)
Nos queda esa ciudad
Luces del amor
Lunas del encuentro



Imagen Prisma: Torre Eiffel, París, Francia

13º poema

Todos piden
Nadie da
Pocos dan
Todos piden
Ya no pido más
No mendigo más
No sonrío más
No te busco más
Me hablás y me pedís
Me escribís y me exigís
No escuchás
Nunca escuchás
Solo es tu voz
Solo son tus pero
Solo es tu andar
Solo son tus diamantes
No hay vibración
No hay voltaje
No hay maduración
No hay caretaje
Me fui por ahí
Me buscó algún bar y me invitó a danzar
Siempre beso los besos más entonados
Siempre choco las estrellas del sabor
Y ahí, en esos trágicos momentos de sonrisas
Cuando las lágrimas licuaron la sangre envenenada
Me acuerdo que estoy bien
Que todo puede ser
Más allá del sol
Más allá de vos
Más allá de mí
Porque hay alguien que pudo cruzar y arrebatar las sombras

Imagen Prisma: barrio de San Cristóbal, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

12º poema

Será que a veces pueda soñar
Soñar con tu pirueta frente a mí
Soñar con tu expresión más acabada
Soñar con tus caídas en mi ser
Soñar con no soñar tan solo por soñar

Sueño que sueño otro sueño no tan despacito
y se aparece el reflejo de tu sol
Será que me aprendí a cuidar de los tormentos
Será que ya no sé tampoco a qué saber

Será que supe tantas cosas
Será que ahora no quiero saber más nada
Será que sueño y que no hay escapatoria
Será que alguien me sueña a mí
Será que ya soy parte de un mal sueño
Será que en esta realidad creada por la falta de más sueños
pueda desmoronarme sin caer en un atrapasueños
Será que soñaré en otros mundos
Será que esos mundos me sueñan para llegar
Será que aquel encuentro nos disparó ensueños
Será que nunca más habrá un sueño para andar

Soñar y nada más mientras se desmoronan los estantes
Soñar y no saber qué más decir tan solo por hablar
Soñar que no será lo que no es ni fue tampoco
Soñar que puedo ser mendigo de mi cruz
Soñar y ser por no dormir ni perdurar
Ser y soñar, ahora que me miro en el espejo
Soñar llegar al aeropuerto más cercano para mover las fichas
Será que pueda rebobinar al punto de un grito primal


Imagen Prisma: centro, Rotterdam, Holanda

11º poema

Ya no miro atrás
No hay nada para rescatar
Hay pañuelos mojados
El vago recuerdo de sonrisas vagas
Desajustes pálidos vencidos en el tiempo
Ya no miro atrás
Pienso y por pensar mi mente ya se agrieta
Ya sabía que la soledad sería mi caricia eterna
Ya sabía que las canciones de amor no eran para mí
Ya sabía que los tragos…
Ya sabía…
Nunca tuve, siempre fui
Deconstruyo mis perfiles
Fueras de foco que enlutan el ahora
Me rebano para tratar de encontrarme en tu cálida figura en la pared
La sombra de una boca que regala un instante, el instante
Miro las cartas marchitas en el celular
Como si el sepia del papel jugara con la tecnología
Solo son historias de un mensaje jamás eliminado
Solo son noticias del ayer
Mejor salgo al jardín de las cosas ciertas
Esas que te caen como una aplanadora
Las que te hacen vestir y salir a merodear el callejón
Por si aparece alguna posibilidad infinita


Imagen Prisma: parque en barrio de Mataderos, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

10º poema




las calles están blandas
nada me moja
uno, dos, tres
escaparon del infierno
caminan
sin aeropuertos para aterrizar
sin ventanas para mirar

los amigos ya no llaman
son los sabores
tres, dos, uno
mendigan el sol
descansan
aburridos de tanto sentir
malgastados de tanto danzar
y ahora que los teléfonos se esconden
la cabeza deja de explotar
aunque las imágenes sigan vistiendo la semana
ya no miraré novelas
ya no volveré a soñar canciones de cartón
no me diste ni la hora ni las caricias de un segundo
tu mundo es distracción, espejos y sudor

y ahora que el perfume se cuela en el viento
ahora
ni las mañanas más celestes te darán un poco de satisfacción


Imagen Prisma: microcentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

9º poema

Excavar hasta encontrar oxígeno
Desde abajo, desde adentro
En la superficie todo pasa, todo es show
Jugo de los sentimientos que se beben algunas vidas
Y a veces la distracción pasa de largo
Entonces busco donde hay
Amaso la tierra, la siento en mis pies
Desgarro mi roca ya no tan lejana
Corazón de un pomelo en la mañana que limpia
Y a veces alguien no pasa de largo
Me quedo en silencio
Un soplido roza el sabor en la copa
Después me ausento, pero no de mí
Me dejo caer hacia afuera
Y puedo ver
Y puedo verte
Y puedo volver
Y quiero volver
Y voy a volver




Imagen Prisma: plaza de Barrio Norte, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

8º poema

Corriste el velo. La máscara guarda la cicatriz.
Los polvos del reloj no taparán la herida.
No se detienen mis pies,
aunque las lágrimas lo nublen todo.
Seguir, seguir, seguir.
No existe una tormenta sin la persecución del sol.
Son rayos que despiertan la tragedia.
La vida es real por fin,
aunque viaje en subterráneos.
Bajar, bajar, bajar.
Estamos ciegos de tanto mirar sin ver.
Estamos quietos esperando el milagro.
Respirar es algo más que abrir y sacudir,
es algo más que perderse en el agujero.
Subir, subir, subir.
¿Quién puede retener el fuego que deslumbra?
¿Quién se anima a derretir su calma hasta parir una flor?
¿Quién saca su billete más esplendoroso para sonreír una tristeza?
¿Quién es real y me acaricia con su aliento?
Cosas simples, como el amor.


Imagen Prisma: subterráneo/metro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

7º poema


Nunca pensé
Siempre soñé
Siempre sentí
Nunca corrí
Pude mentir
por amor, por estar
Pude caer
más que amar, más que dormir
Un tintineo, dos guiños,
tres palabras sin pronunciar,
cuatro paredes, cinco esquinas,
seis promesas para guardar,
siete días, siete segundos,
siete años para gozar,
siete misterios, siete malvones,
siete escalones para mirar
Lo que no es se esfuma como la crema en la piel
Lo que tiene raíz perdurará aunque no haya cien
caballos que tiren hacia tu lado,
hacia el acantilado, hacia la oscura
candidez del hacha
que cae de manera contundente
para dividir lo que será
de lo que nunca fue
Un juego, dos mejillas,
tres tiempos para un vals,
cuatro sabores, cinco colores,
seis estatuas sin sal,
siete meses, siete minutos,
siete milenios para vagar,
siete mordiscos, siete germinaciones,
siete miradas para escalar
Siempre te vi
Nunca creí
Nunca me abrí
Siempre esperé
Pude volar
por huir, por matar
Pude volver
para empezar otra vez

Imagen Prisma: autobús, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

6º poema


Las horas marcan
Las luces marcan
Las voces marcan
menos tu corazón

En una tarde de violetas
te perdiste en la canción desesperada
y ahora que las marcas te destrozan
no hay lugares para huir de vos

No habrá confesionario
ni indulgencia que se apiade de tu cortesía
Por más que cambies los sonidos
un latido sin coraje se pierde en la neblina

Las cruces marcan
Las sombras marcan
Los roces marcan
menos tu corazón


Imagen Prisma: ventana en un edificio del barrio de San Nicolás, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

5º poema

Tratando de encontrar lo que no es
Me perdí en algunos rincones
Un laberinto de superficialidad
Un lavado de ocasión 
Y las pulgas muriéndose de frío 

Se desmoronan edificios e imperios
¿Por qué no se derretirá la flor ante los sacudones de tu mente?
Nacimos perdedores en el medio de un llanto supremo
pero jamás caímos en la tentación de regresar a las cavernas






No es otra mañana más
No está loco quien se anima a cruzar las serpentinas del misterio
Aunque allí no está la solución
Existen algunos lazos que abrazan
que anidan
que dan

Tantas veces muero
Tantas veces cerraron mis ojos
Tantas veces volví a mi corazón
para latir en el desierto
¿Por qué ahora que encontré la ruta de una sonrisa
no puedo despertar a tiempo?




Imagen Prisma: esquina del barrio de Mataderos, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

4º poema

Farsante de la adultez,
busca ternura en cada gota de sol,
esconde sus tormentos,
se arropa en desperdicios que nunca sanarán,
delata en su sonrisa la palidez 
que no dejó salar por no volver
a endulzar, por no querer
anestesiar las horas,
y aquí yace en su agonía,
sin controlar lo que sucede,
y en esta rueda de vientos sin cocteles
su carrusel de soledades lo libera,
y es un jinete sin espacio,
y es un faisán sin plumas verdaderas,
y es un precoz anillo que solo engalana,
y es un quizás porque no se atrevió a nada.





Imagen Prisma: puente del tren en barrio de Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

3º poema

Hoy me araña la lluvia
Me atrapa en la muerte
Y en este viaje sombrío
Sin caricias Sin lamentos
Me descubrí en mí, por fin
No hay silencio ni ventiscas
No hay traiciones
Me desnudo ante la nada
Para ser otra vez
aquellos pequeños brillos que supe amarrar
aquellas grandes pasiones que no tienen ya tu sangre
Todo es un abismo de criaturas sin color
Todo es nada de un todo sin estrellas
Hoy vuelvo a latir
Una combinación peligrosa en vos
Hoy seré libre porque
No agitarás más cocteles
Ni de ensueños ni de revoluciones
Caen las hojas que derriten
El pecíolo del tronco
No hace falta que desnudes tus mentiras
Porque ya no serás


Imagen Prisma: puente del ferrocarril Sarmiento en el barrio de Once, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

2º poema

Despertar sin hablar
Furiosa mañana, abrir
esos fuegos que enlutan, sentir
esas marcas que empalidecen, despertar
No saber más qué hacer
Se cae el payaso, no hay red
Se hunden los ojos, tijeras
Un adiós de poemas muertos, no saber
más que avanzar hacia ese fulgor
más que rugir un aliento sin tiempo
más que mentir otra página de garabatos
que no aquietan la herida, jamás
Despertar, no saber
No querer entender por qué no, sangrar
sin beber del color de tu ser, morir
No saber despertar


Imagen Prisma: camino a Cafayate, provincia de Salta, Argentina

1º poema

Hay lagunas en la mente que prefiero olvidar
Hay ríos en mi corazón que salpican mi existencia
Hay mares que no puedo cruzar sin atreverme a tus olas
Hay un lago de dolor que se estanca en mi ser
Y hay montañas escondidas que plegaron un secreto
Son aquellas melodías que jamás cantaste
Son como plegarias en un gospel que se cuelan en el blues de tu silencio
donde todo el sol respira tu sonrisa
Hay desgarros que se esfuman con desprenderte de tu caparazón
Hay cuevas que tienen algo más que tu rato de sombras
Hay una distancia que se acorta cuando dejas de mirar para el costado
porque hay días en los que un colapso es tan puerta de luz para seguir
Ahora que vuelves a descubrirte infinito en los caminos que vendrán
Ahora que tus alas saben que hay nubes para llegar
Ahora que tus ojos son mis labios para rozar
Tal vez estamos en la ruta de los paisajes que soñamos habitar
Mientras la luna nos regala un guiño
(mientras la nada se viste de azul)
Mientras la luna nos envuelve en fuego
(mientras la nada nos hace invisibles al...)


Imagen Prisma: paseo junto a un arroyo, ciudad de Plottier, provincia de Neuquén, Argentina